Hoy les traigo una reseña atrasada, entretenida lectura veraniega a la sombra del porche.
Sinopsis:
Kayla Sinclair sabe que se ha metido en un buen lío cuando casi se queda sin un duro por comprar en una subasta el retrato a tamaño natural de un misterioso individuo que vivió en el siglo XIX. Jago Kerswell, tabernero y contrabandista, sabe que esos momentos robados con lady Eliza Marcombe entrañan peligro, pero se arriesgará con tal de estar con ella. La maldición de una gitana caerá sobre la pareja y le permitirá, dos siglos después, llegar hasta Kayla. ¿Conseguirá ella resolver lo sucedido en el pasado? ¿Y lo que se le viene encima?
La opinión de la Mari Mari.
Hace ya
bastante tiempo, creo que alrededor de dos años, descubrí a esta escritora de
la mano del libro “El kimono escarlata”, un libro que me encandilo…me gustó
tanto que supe que leería más libros de ella en cuanto tuviera la oportunidad
de hacerlo, pues bien con este llegó la hora.
El que hoy
nos ocupa no ha llegado al mismo nivel que el anteriormente mencionado, creo
que para mí, demasiados estereotipos o clichés, como gustan llamarlo
últimamente, aún así, he disfrutado con su lectura.
El
argumento…nada que ya no conozcamos, últimamente tengo esa sensación, un tanto
perturbadora y estremecedora de que ya nada me sorprende en el ámbito de la
lectura, aunque para ser sincera, creo que en muchos más terrenos me ocurre lo
mismo, pero a lo que íbamos, es una sensación que no me gusta ni un poquito,
porque no llegas a disfrutar la lectura como cuando no tenias esas sensaciones
metidas en el cuerpo, y en más de una ocasión te oyes a ti misma chasqueando la
lengua a modo de fastidio porque lo que estás leyendo es lo que esperabas y
sabias a ciencia cierta que iba a ocurrir. En fin….que todas siguen los mismos
patrones predeterminados, como creo que ya he dicho en alguna reseña.
Así es que
el argumento, no me ha sorprendido, hace tiempo leí uno muy parecido, tan
parecido que casi parece el mismo.
Pero, me ha
gustado, para que vamos a negarlo, tiene una prosa con un ritmo ágil, cuidado y
ameno, con una narración fluida en la que no se detiene en grandes
descripciones, lo que tiende a agilizar más si cabe la historia.
Con un ritmo
constante que no se rompe en ningún momento iremos conociendo dos historias en
distintas épocas.
Kayla, que
es la protagonista indiscutible, debe buscar el cuadro que complementa al que
ella ha adquirido en una subasta de arte, no le será tarea fácil, mientras ella
se mete en tan ardua investigación y búsqueda, iremos conociendo mediante
pequeños retazos al comienzo de cada capítulo, haciendo un salto hacia atrás en
el tiempo a 1781, como fue la historia de los personajes que inmortalizaron las
pinturas, y como nos va conduciendo al enigma del hechizo y el porqué fue
provocado.
Es un libro
sencillo, con la trama que corresponde al patrón elegido por la escritora, no
ha arriesgado nada con este libro, como si sucedió con el anterior que leí,
supongo que el que arriesgó fue el que hizo en su día el primer patrón, las
historias de amor son bonitas, sin llegar a ser pasionales, no hay escenas de
sexo, y si alguna romántica, aunque creo que en esta parte se queda un poco
corta, no echo en falta el sexo en un libro, pero si escenas románticas que te
hagan suspirar y te dejen con el “Ayyyy” en los labios, mas teniendo en cuenta
que es solo eso, una novela romántica al uso, quiero decir, que no se adentra
en ningún otro género que aporte otra forma de vidilla al libro.
En
definitiva, una buena sugerencia para pasar un rato bajo la sombrilla en la
playa, o bajo un pino en la casa de la montaña, sentada en el confortable
asiento de un avión, rumbo a tus vacaciones soñadas, y si nada de eso es lo que
tenemos desgraciadamente, pues sentada en el sofá de casa, espero que, eso sí,
con el aire acondicionado funcionando a toda vela.